Festival de cine malagueño

El Festival de Cine de Málaga ha premiado y defendido el cine español desde 1998. Poco a poco, se ha convertido en un referente en los festivales de cine de todo el mundo, que reúne cada año a actores del campo de la interpretación y otros profesionales del sector.

Las galardonadas categorías reciben como premio la reproducción de un símbolo típico de la flor de Málaga de la ciudad, la biznaga, un ramo de jazmines en forma de bola, elaborado de manera meticulosa, que generalmente se vende por las calles de Málaga. Especialmente en los meses de verano, dejando atrás un olor inconfundible e inolvidable. El diseño del sello muestra una anchoa, un pez estrechamente vinculado a la ciudad de Málaga, emergiendo de una lata que contiene una película, en unos pocos trazos en tonos azules que simulan el mar. El tema también presenta una ilustración de una cámara de cine que Proyecta un haz de luz representado por la famosa “Farola” de Málaga, el faro que guía a los barcos que llegan a su bahía.

El cine español llega a tres sellos sobre actores y directores

Una hoja bloque denominada Cine Español incluye tres sellos de Correos con la imagen, respectivamente, de Rafael Gil, Fernando Fernán Gómez y Tony Leblanc, directores y actores muy reconocidos en todo el mundo.
La hoja bloque en formato vertical, puesta en circulación el pasado  8 de abril, compuesta por tres sellos, con valor postal de 0,32 euros en cada uno de los sellos, impresos en huecograbado, tiene una tirada de  280.000 unidades.
Rafael Gil (Madrid 1913-1986), director cinematográfico español fundador en 1933 de un grupo independiente de directores de cine, trabajó desde muy joven como crítico de cine en periódicos, revistas y programas de radio. Documentalista en la zona republicana, al término de la guerra civil fue nombrado crítico de cine del diario Informaciones. Su primer  largometraje como realizador  fue El hombre que se quiso matar (1941) y en 1943 obtuvo el primer éxito de su carrera cinematográfica con Huella de Luz, precedente de las actuales comedias burguesas de cine español. Durante esa década rodó adaptaciones de obras tan conocidas como Eloísa está debajo de un almendro, El Clavo o Don Quijote de la Mancha. A partir de 1952 dirigió películas religiosas que entonces estaban muy en boga como La Señora de Fátima, La Guerra de Dios y El beso de Judas con las que ganó varios premios en los Festivales de Cine de Venecia, de San Sebastián y de la crítica de Nueva York. En las décadas de 1960 y 1970, volvió a dirigir adaptaciones literarias; de esa época son Siega verde, Nada menos que todo un hombre y La duda. Rafael Gil fue uno de los directores más importantes del cine español con 69 películas.